sábado, 18 de junio de 2011

I wish you were here.

No, no quiero dejarte ir. Quiero que te quedes conmigo, a mi lado. Quiero que me susurres al oído cuanto me quieres. Quiero notar tus dedos entre los mechones de mi pelo. Quiero mis ojos, pero sólo cuando se reflejan en los tuyos. Quiero tus brazos a mi alrededor. Joder, quiero tantas cosas...Aunque, pensándolo bien, sólo quiero una, A TI.
Pero no, no te quiero, te necesito. Eres tan imprescindible como el aire, el oxígeno que llena mis pulmones. Cuando no estás siento como si me ahogara.
Sé que nunca quisiste que me sintiera así, no entraba en tus planes abandonarme, ¿o quizás si?
Me da igual, miénteme un poco y dime que me quieres, que me echas de menos.
Y la próxima vez que le de mi desdichado corazón a alguien, le pondré un GPS, así ya no lo perderé más. 



lunes, 13 de junio de 2011

Y gritar de una vez que yo también existo.

Si, de una puta vez. Para que todos os deis cuenta. 
Yo también tengo sentimientos, igual que tú. 
Yo también paso malos días, muy malos, y no me quejo. Sigo adelante. Lo último que quiero es ir de victima. Odio a los victimistas, y ya bastante me odio, como para añadir otra cosa más a la lista. 
Aunque no te lo creas, yo también soy una persona. Me duele que me insultes, cada una de esas palabras que salen de tu boca se clavan en mi mente para siempre. 
Lo sé, puede que no recuerde exactamente lo que dijiste, pero nunca olvidaré como me hiciste sentir. Como me haces sentir. 
Joder, para ti puede ser muy fácil hacer oídos sordos, pero para mi no. 
No sé que hacer. Dejemos el tiempo en pausa mientras busco una solución. Mientras descubro como ser lo suficientemente buena para ti. 


domingo, 12 de junio de 2011

No te seques las lágrimas si quieres llorar.

¿Nunca te has sentido como desconectado? ¿Como si estuvieras en una burbuja de la cual no pudieras escapar? ¿Como si estuvieras enterrado a kilómetros bajo tierra? Y lo peor, ¿como que nadie se da cuenta?
Joder, como si gritaras y gritaras, dejándote la garganta. Pero el mundo está sordo. Nadie te oye.
Tus lamentos se los tragan las paredes. Las lágrimas te empañan la vista, pero estás sólo. Nadie te ve, nadie quiere verte. 
Te preguntan que tal, y respondes con un "Bien, gracias". Pero sabes que no es verdad. Tu corazón lo sabe. Tu cerebro lo sabe. Cada célula de tu cuerpo sabe la verdad. No estás bien, pero no se dan cuenta. Quizás se te da demasiado bien disimular.
Poco a poco te consumes, te cierras en ti mismo. O quizás creas otra persona dentro de ti, esa que sólo sacas cuando estás rodeado de gente. Esa otra persona finge ser feliz. Y se le da muy bien, aunque quizás no debería.

sábado, 11 de junio de 2011

No quiero ser princesa.

Todo ocurre tan rápido que no te das cuenta.
Un día rechazas el postre. Empiezas a mirar las calorías de la comida. Cada día te ves peor en el espejo.
Empiezas a pensar en lo poco que eres y en cuanto quieres cambiar. Te pones metas exageradas, no las consigues alcanzar, y eso te deprime todavía más.
Te sientes tan mal que empiezas a saltarte alguna comida, pero nada preocupante.
Ves como poco a poco la ropa te queda más grande. Pero el espejo te dice todo lo contrario. Ese reflejo horrible que ves no te deja dormir. Sólo quieres que se vaya. Poco a poco empiezas a hacer mucho ejercicio. Ese ejercicio se convierte en demasiado, es excesivo.
Sólo quieres quemar calorías, una a una, hasta que no quede nada.
Te despiertas antes por las mañanas para salir a correr mientras el resto de tu familia duerme. Y por la noches no paras hasta que te caes desfallecida, y en ocasiones, aún así sigues, sigues hasta que el último rincón de tu ser no puede consigo mismo. Hasta que mareas, casi te desmallas. Pero sabes que vale la pena.
La gente se empieza a dar cuenta. Tus huesos sobresalen demasiado. Con tus clavículas podrías arrancar ojos, y eso te gusta.
Creen que has ido demasiado lejos. Te obligan a comer. Aún cuando ya no tienes hambre. Cuando estás a punto de explotar.
Ahí comienza otro infierno. Joder, ¿en algún momento seré lo suficientemente buena para alguien? 
Aquí donde me veis, soy 47 kilos de desperdicio humano. 

No siempre es demasiado tarde.

Por esta noche, dejemos nuestros miedos de lado. 

Todo lo que me espera es arrepentimiento.

Desearía que hubiera un botón para retroceder en el tiempo, o no, mucho mejor, un botón para borrarlo todo.
Todos esos recuerdos, risas, lágrimas y penas del pasado. 
Cambiar quien soy por alguien mejor. 
Alguien más inteligente, más simpático, más divertido, más guapo, más delgado. 
Joder, parezco una puta superficial. 
Una superficial que quiere cambiar. Que quiere dejar de ser así. 
La verdad es que no quiero cambiar. Claro que no. Los cambios implican dolor, miedo. 
Pero lo necesito. Necesito a mi antiguo yo. Joder, quiero ser como antes. 
Enterrar todos mis sentimientos y dejar que se pudran bajo tierra. 
Huir de aquí para no volver. No volver NUNCA
Aquí me siento encerrada. Siento que me ahogo, que me ahogan. 
Y cuando huya, nadie me va a seguir, nadie va a luchar por mi, lo sé. 
Y en fondo también sé que es lo mejor, si nadie me echa de menos, nunca tendré la tentación de volver. 
Volver a donde empezó todo. 

I'm back, bitches.

Después de MUCHO tiempo sin entrar por aquí, lo cual me ha costado horrores ya que no me acordaba del e-mail ni ni la contraseña, he decidido volver a poner en marcha este blog. :)
Espero que os guste. Y si no os gusta, realmente no me importa demasiado.